Esas tardes que no se olvidan

Me levante con recuerdos perdidos de hace unos años. Recuerdos sueltos de una tarde que, a menos que algun golpe en la cabeza altere mi memoria, dificilmente olvide.
El sabado 28 de octubre de 2006 me levante como cualquier sabado, cerca del mediodia. Chicago jugaba a las 6 de la tarde, en La Plata y ante Estudiantes, uno de los animadores del torneo con la vuelta de Veron y la explosión de Pavone en su maximo esplendor. "¿Voy o no voy?", pensaba, principalmente porque ningún amigo iba, y los que iban lo hacían en los micros de la barra, algo que no me cerraba de ninguna manera. Finalmente me decidi, agarre un billete de 50 (en esa epoca estaba 18 pesos la entrada en primera, no 30 como hoy) y sali de casa con un mapita de la ciudad de La Plata, con todo bastante bien detallado como para al menos no perderme de ida.
El 108, tras 55 minutos de viaje, me llevó a Retiro, donde me baje y busque la boletería de esos micros (creo que se llaman "costera") que te llevan directo a la ciudad de las diagonales. Con el boleto que aún hoy guardo entre mis cosas fui a esperar, y ahi me encontre con una sorpresita: cerca de 15 personas, con camisetas de Estudiantes, dispuestos a compartir viaje conmigo hasta el estadio unico.
Sin dudas, la suerte estuvo de mi lado. Me senté en el único asiento vacío, y a los 20 segundos cayo el unico hincha de Chicago que viajaba en el micro. Al menos, no me sentía tan sólo.
Horita de viaje, y La Plata me dio la bienvenida, con 25 cuadras caminando hasta el Estadio Unico, uno de los mas lindos que tengo el agrado de conocer.
Como anecdota queda el partido, en el que el verde cayó por 2 a 1, ante el equipo que mas tarde sería el campeon del torneo, tras esa historica remontada ante el Boca de Lavolpe.
La vuelta fue similar, pero con la alegría que siempre me da el volver de ver a Chicago, sea con trinfo, empate o derrota.