En una agradable noche en Junín, Chicago tenia la posibilidad de enfrentar directamente a uno de los lideres del torneo: Sarmiento de dicha ciudad. Con el triunfo de Brown por la tarde, el empate de Colegiales y la derrota de Estudiantes en Caseros, los resultados podían solo dejar al Verde a 7 unidades de la cima, pero descontándole puntos a muchos rivales directos. Interesante situación.
Ya de arranque el equipo parecía salir decidido a buscarlo. El partido era de ida y vuelta, con situaciones para ambos, hasta que un bombazo de media distancia del gran Julio Serrano se desvío y descoloco a un indefenso Flores, que nada pudo hacer para evitar el uno a cero para el visitante que en los primeros minutos de juego conseguía el objetivo.
A partir de ahí Chicago siguió manejando la pelota y los hilos del partido, aunque al quedar mano a mano nunca pudo facturar (sobre todo Vinaccia, que tuvo un buen partido pero volvió a fallar para definir).
En lo que faltaba de la primera etapa esta postura continuo, aunque el árbitro se las arregló para cobrar dos penales para el equipo local. El primero fue gol, pero el segundo (el mas dudoso de los dos, por no decir el mas robado) lo atajo Drago con las piernas, adelantadose bastante, algo no observado por el mediocre arbitro de
En el segundo tiempo el partido bajo en vértigo y en juego de ambos lados, pero a los
Ya estaba Alfaro en cacha, ocupando el lugar de Leo Carboni. Cuando la lógica marcaba que Franceschini mande un delantero mas (Ezequiel Petrovelli lo que tenia “a mano” entre los integrantes del banco de suplentes”), esto no pasaba. La pelota se disputaba en la mitad de cancha entre los volantes del Verde (Serrano superlativo en su nivel una vez mas) y los de Sarmiento que si bien son rápidos y pusieron voluntad, eran visiblemente avasallados por el buen momento de Chicago.
¿Qué paso? Cuando parecía que el empate se consumaba por el conformismo de ambos (y para mi gusto por la poca iniciativa del técnico de Chicago para ir a buscarlo), un acierto de Luis Quiroga termino siendo inatajable para Drago, que a penas pudo reaccionar.
Ahí si, Mario Franceschini se decidió a poner a Petrovelli y el equipo intento, pero era tarde. Se perdió y se desató la fiesta de un equipo que esta en la punta con un equipo bastante limitado que fue LITERALMENTE bailado por otro que quedo a diez puntos.
Hay que seguir aprendiendo de estos partidos, Chicago. Con Franceschini, con el Tano Pasini o con Pep Guardiola, esto no puede pasar mas…
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