viernes, 24 de febrero de 2012

BAJO LA LLUVIA

La jornada era por demas desalentadora: lluvia constante desde primera hora de la tarde y una ciudad colapsada por el transito, como siempre en hora pico. Ademas, no seria fácil llegar a las 21 a Lomas de Zamora, teniendo en cuenta que habia que cruzar la ciudad desde el centro, enganchando General Paz y Camino Negro. Pero ya era desicion. ''Nos vamos a ver al Verde''.
Deportivamente hablando, el equipo que todavia dirigia Mario Finarolli vivia un momento con sentimientos encontrados. Si bien Atlanta ya era inalcanzable, el juego y los resultados conseguidos (incluida una gran racha de triunfos consecutivos en condicion de visitante) hacian que el futuro cercano, en el reducido, se esperara con ansiedad y mucha confianza. Por su parte, el rival penaba con el flaco promedio que arrastraba y los pobres resultados obtenidos.
Las dificultades climaticas hicieron que el viaje sea bastante pesado. Sobre todo por las grandes demoras ocasionadas por el trafico en General Paz. Pero al fin, bien sobre la hora, entramos al Estadio Gallardon.
Con suerte habia 300 personas en la popular de una cancha que, a pesar de que es bastante grande, siempre que fui la vi relativamente llena. Con mucha mas gente que esa noche. ¿La platea? Poca gente tambien. La lluvia insesante obligo a algunos a meterse en las cabinas, mientras unos 5 o 6 locos (entre los que estaba yo) se quedaron parados en el medio, recibiendo un obligado baño. Me sorprendio gratamente una presencia entre esos pocos valientes: estaba el Sr. Gustavo Lacanna, quien era el presidente del club y estaba presente acompañando a Chicago. Cruce algunas palabras y me alcanzo para sentirlo debilitado. Adelantando un poco lo que pasaria algunos meses despues.
El partido, al fin y al cabo, termina siendo anecdotico, si tenemos en cuenta todos los condimentos que tuvo la noche. Empezamos perdiendo injustamente 1 a 0, resultado con el que se terminaria el primer tiempo. En el descanso, una evidente cagada a pedos de MF hizo que se despierte el equipo y, con goles de Ezequiel Petrovelli y Roberto Bochi junto a una soberbia actuacion de Damian Luna (hoy casualmente jugador del Milrayitas) se dio vuelta el resultado para que, luego de aguantar un par de embestidas de los dueños de casa, Chicago se lleve los 3 puntos para Mataderos.
Para cerrar, en medio de esa platea casi desierta y bajo la lluvia, ademas del ex presidente recuerdo a un señor de mediana edad, que lucia una campera de Los Andes y con quien pude dialogar en reiteradas ocasiones durante los 90 minutos. Si bien no compartiamos los colores, era evidente que ambos coincidiamos en algo: la emfermedad por nuestro club. La locura y la forma de padecer o sufrir el partido. Sobre todo, pensando en las ya mencionadas adversidades que dejaron grabada esta noche en mi mente, por siempre.


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